domingo, 26 de marzo de 2017

Lectura

El sembrador de dátiles

En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras.
Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena.

- Que tal anciano? La paz sea contigo.
– Contigo -contestó Eliahu sin dejar su tarea.
- ¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?
- Siembro -contestó el viejo.
- ¿Qué siembras aquí, Eliahu?
- Dátiles -respondió Eliahu mientras señalaba a su alrededor el palmar.
- ¡Dátiles!! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez.

- El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor.
– No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos…
- Dime, amigo: ¿cuántos años tienes?
- No sé… sesenta, setenta, ochenta, no sé.. lo he olvidado… pero eso, ¿qué importa?
- Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.
- Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto… y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

-Me has dado una gran lección, Eliahu, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste – y diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.
-Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tu me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto y sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.



3 comentarios:

  1. Todos los días debemos sembrar algo, aún no viendo los resultados de manera rápida...pensemos en nuestros sobrinos...hijos...nietos... en el mundo que queremos dejarles.Sin duda nosotros disfrutamos de verdaderas maravillas gracias a que otros sembraron para nosotros.

    "Equipo Biblioteca"

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  2. No pienses solo en ti, si no también piensa en otras personas.
    Adam 6ºA

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  3. Piensa siempre en los demás y piensa como se sentirían al regalarle algo.
    Alicia 6ºA.

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